Árbol de la Ciencia
noventayochista que mejor expresa la crisis existencial del tránsito del XIX al XX. Su tema
central es la desorientación del hombre inadaptado y encerrado en un callejón sin salida que
busca un sentido a la vida pero que la insatisfacción ante los ambientes que le rodean y las
dolorosas experiencias vitales lo conducirán al suicidio.
El dilema en la obra, de ahí el título, es, o la acción en el círculo que nos rodea, o la
abstención y la contemplación indiferente de todo (ataraxia). Andrés Hurtado se encuentra entre
ambas direcciones. Su doble fracaso: no acierta a ver la posibilidad de una acción fructífera;
y, por otro lado, la contemplación y el conocimiento de la verdad (el árbol de la ciencia) le
lleva al dolor y a la angustia.
Se trata de una novela de aprendizaje, ya que a lo largo del relato se va conformando
la personalidad del protagonista desde la juventud hasta la madurez, a partir de un “viaje” por
el mundo exterior (Valencia, Madrid, Alcolea...), y por su mundo interior (lecturas filosóficas y
charlas con su tío Iturrioz). Esta novela es casi autobiográfica. (Andrés, el protagonista, es Baroja de joven)
Los temas que trata esta novela son: La preocupación por España (crítica a los profesores, imovilismo, injusticia y diferencia entre ricos y pobres), La lucha por la vida: la obra es una denuncia de la injusticia social y de la explotación del hombre por el hombre.
Otro tema a destacar son las preocupaciones filosóficas reflejadas en la cuarta parte "Inquisiciones" en la que el protagonísta busca respuestas a sus preguntas mediante una filosofía irracional. Se encuentra una confrontación entre la abstención de todo, escepticismo y pesimismo existencial (Schopenhauer) y la voluntad y vitalismo (Nietzsche), pero el protagonísta se decantara por la ataraxia de Schopenhauer.
Otros temas que refleja de gran importancia son: la ciencia y el conocimiento, la religión, la soledad y la incomunicación, el dolor, el amor, y algo que ha podido verse reflejado en la vida de Baroja, la relación padre-hijo.
La mayoría de los personajes están descritos de forma despectiva, por un rasgo
llamativo que sirve a Baroja para criticar algún aspecto de la realidad, y en apenas tres líneas;
lo que confiere más individualidad a Andrés Hurtado que es el único que se rebela frente a la
mísera sociedad moral que le ha tocado vivir.
Baroja utiliza un pueblo llamado Alcolea para denunciar el atraso como Madrid, donde de nuevo muestra la más absoluta miseria,con la que se codea la despreocupación de los señoritos juerguistas. Ambas ciudades actúan como personajes colectivos en la obra.
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